martes, 27 de septiembre de 2011

obsolescencia del miedo

una mirada limpia de pasado hace cada presente algo vivo

no es por ser aguafiestas, pero su mundo está muerto

así que ya saben cómo revivirlo, suelten sus convicciones, dejen de creer en lo que creen y vivirán

o acaso no han pensado en qué minuto se convirtieron en esa entidad rígida que perdió toda posibilidad de todas las demás entidades?


las cosas son, sin ser necesario su entendimiento, pero para entenderlas dejan de ser

un árbol es árbol sin que sea necesario que alguien sepa que es árbol

pero cuando alguien quiere entender el árbol recibe eso, el entendimiento de árbol y no el árbol en si

así funciona todo, nada es concreto, todas son percepciones

del mismo modo nuestras ideas son percepciones de primeras experiencias personales o ajenas, sólo memoria

nuestros miedos son percepciones de primeras experiencias personales o (en la mayoría de los casos) ajenas, sólo memoria, sólo pasado

cuando nos enfrentamos al mundo con una mirada desprovista de prejuicios y expectativas (sin pasado ni futuro) los miedos ya no son limitaciones.




viernes, 2 de septiembre de 2011

cambios radicales, el ego y la destrucción para crear

La gente se llena la boca con debates políticos.
Acá la cosa es simple, tomamos al humano, a los animales, a los planetas- el humano es la única parte de la existencia que tiende a la autodestrucción, lo único no natural, que perdió el rumbo al obtener su razón y emoción (ganando la "libertad" por otro lado).
Todo lo si natural existe sin problemas, se autosustenta respetando las existencias ajenas. Acá es donde el humano cae poniendo en duda su existencia continua.

La razón y la emoción nos han hecho crear una serie de sistemas para organizarnos en torno a un bien común, pero tales paradigmas han perdido su espíritu y el ego individual que no posee moral ha corrompido la intención original. No un ego en el sentido ególatra: un ego como un "yo externo" un "yo" para los demás; ese momento en que los "qué dirán los demás", "qué va a pensar la gente" y tantas otras costumbres que remotamente dudamos se convierten en las que incentivan la destrucción de nuestra humanidad, esto porque nuestra vida completa se condiciona por este factor, procedemos por cómo los demás esperan que lo hagamos cumpliendo los objetivos en común aceptados por todo el conjunto social al que pertenecemos, y es ahí dónde el ego toma las riendas del asunto y mueve nuestras vidas.
El problema no es que este ego maneje nuestras vidas, el problema radica en que el ego entrega una "felicidad" ficticia, una secreción de sensaciones placenteras generadas por el cuerpo ante estímulos, casi como la felicidad de comer comida chatarra o comprar algo nuevo, un bienestar que no dura más que el proceso de las hormonas activas.
Entonces habría que entender que las cosas las hacemos con un fin, porque mientras hagamos las cosas porque hay que hacerlas y porque así se ha hecho siempre, no comprenderemos el espíritu de lo que hacemos, siendo dominados por un fin difuso. Y esta felicidad ficticia nos amarra, impidiendo conocer reales estados plenos.

Socialmente en la actualidad estamos dominados por un sistema económico, que funciona a grandes rasgos sacando materia prima de la tierra para cubrir las necesidades de sus habitantes, a medianos rasgos se busca mayor ingreso por la misma materia reduciendo los costos de producción y aumentando las necesidades, y a pequeño rasgo el ego individual hace el resto, la necesidad de aceptación social que persigue el ego, pertenecer a la manada para no perecer en invierno, la eterna competencia por la superioridad. Hasta acá todo bien, el problema radica en los recursos que ofrece el planeta, no son suficientes para la demanda inventada por los "distribuidores" y sus medios de comunicación, -si para una existencia sensata- y estos recursos se acaban, no se regeneran, en conclusión este orden económico funcionaría correctamente no más de 40 años y después ¿qué?.

Todo se vuelve más sencillo cuando entendemos las cosas desde perspectivas distintas, cuando entendemos los procesos que nos rodean, las acciones y reacciones, externas e internas. Cuando logramos estar conscientes de lo que ocurre inevitablemente dejaremos de funcionar por mímesis.

Entendemos del mismo modo que incluso nuestra escala valórica, nuestras ideas y conceptos no son más que conocimientos adquiridos en algún momento de nuestras vidas que podrían haber variado dependiendo del contexto y que actualmente nos condicionan, pero no son más que ideas (rígidas en nuestra búsqueda por algo sólido en qué creer), conceptos racionales y/o emocionales que pueden ser modificados: tomando nuestras creencias, nuestros valores y prejuicios, convirtiéndolos en un concepto y seguir la vida ignorando ese concepto.
Partir de cero en base a lo que conocemos en el presente y ver si nos sirve o no para nuestra vida, porque dicho sea de paso el filtro de "bueno" y "malo" no es sensato en una comunidad occidental tan diferente entre si, y sólo será parte de nuestra obsoleta escala de valores impuesta, la que permite que el planeta sea destruido con todos y todas en él.

Tomando esto en cuenta, hago un llamado a dudar de lo que creemos como verdad, romper nuestra certidumbre y nuestros paradigmas, sólo con una mente limpia de ideas concretas podremos modificar nuestro presente en torno a lo que nosotros y nosotras queremos,
permitiendo el paso a cambios que probablemente no veremos en nuestra vida, pero en nuestra participación del conjunto "humanidad" será necesario, por una auténtica, plena y profunda felicidad (o variable de finalidad plena) .